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UN DIA ESPECIAL
Me dió el presentimiento de que sería un día especial, eso pensaba, cuando el agua tibia de la regadera acarició mi rostro.Elegí la ropa con cuidado, ¡Qué halago para el cuerpo cuando el algodón ajusta! me sentí ligero, -felino-. Miré a través de la ventana; el sol amodorrado. El viento mecía las manzanas. ¡Hace tiempo esperaba un día como este! Saqué la loción de madera y el perfume refrescó intensamente la barba recién rasurada. El espejo parecía asentir, cuando el triángulo de la corbata quedó en armonía. Tomé mi bastón. Caminé sobre el pasto húmedo. Me complacía ver las huellas de mi pie sobre la hierba y percibir al unísono el aroma de los eucaliptos. Es una mañana fresca que sabe a churros con chocolate – Lo dije sin haberlo pensado- y solté una carcajada al precisar el recuerdo: “ Recorrimos el malecón disfrutando los trabajos artesanales de los nativos. Tomé el camino que nos llevó mar adentro. Un pelícano acrobata nos seguía y no salió de nuestro campo hasta que decidimos sentarnos y ver la joroba espumosa del mar. Regresamos sudorosos al centro de la ciudad porteña.Deseaba un tarro de cerveza, pero al pasar por una esquina, escuchamos el chirriar del aceite y un olor a chocolate. Poco después sorbía la espuma, pero no de la cerveza fría imaginada sino del chocolate. Tú mordías la textura crujiente del churro y de vez en cuando me ofrecías sendos pedazos. A lo mejor ahora encuentre una vez mas a la mujer de los churros o quizá tropiece en la plaza con una dama que le fascine la nieve de vainilla. No lo sé. Por un momento el viento se hizo intenso segando a los pequeños duraznos. Caminaba rumbo a la salida, bamboleando el bastón como una espada y movía el cuerpo como aquel legendario “zorro” -héroe de película- enfrentando al viento acelerado. Detuve. Me asaltó la idea de que el bastón podría romperse y carcajeé estrepitosamente y exclamé ¡romperse! Qué cosas digo, si esto es de ébano con puño de marfil. El zaguán externo se divisaba ya y al traspasarlo se vería la caseta dónde el urbano hace alto.El cielo moteado, el aire fuerte sobre mi rostro y el silencio me llevó a los días cuando trotaba por los caminos solitarios, al mismo tiempo que cantaba la melodía de moda inventándole otra letra. “Troto cuesta arriba, sorbiendo el sol y fatigando a mi sombra, estoy empapado de mi agua, y canto contento porque corriendo vivo” El zaguán tenía puesto el candado y maldije mi memoria por no haberme traído las llaves; sin embargo tuve la esperanza de que sólo simulara estar cerrado. ¡sí! ¡Así era! Abría el portón cuando escuché la voz irónica de Mauricio, el gendarme de la institución: -¿Dónde va si no es día de salida? Traigo un pase. -le respondí serio. Me miró sorprendido y aproveché para decirle que del edificio central, la madre Teresa le hablaba. Él se dio la vuelta y con el bastón lo golpeé haciéndole perder el conocimiento. Nada grave y, seguí hacia la carpeta de asfalto diciéndome que hoy es un excelente día. Allá en el pueblo hay Churros, chocolate, o quizá una dama que gusta de la nieve de vainilla. Y si no, habrá un pelícano que me guiará hacía las jorobas espumosas del mar. ¡Hoy será un día especial !
El olor a chocolate desencadena recuerdos…a Proust le pasó lo mismo con una magdalena. Me ha encantado el bastonazo del final,nadie le iba a estropear el día al protagonista!
Un abrazo,
aunque no lo digo es un anciano en una jaula de oro, que sale de ella en busca de la libertad, que puede conseguir hasta en las crestas jorobadas del mar, con ayuda del pelicano…gracias querida Ann siempre es un gusto encontrarte en mi casita…Rub
Mi querido Rub, me dejaste muy conmovida. Tenés tanto arte para decir! y sabes muy bien cómo hacerlo. Vendré seguido porque es como un encuentro conmigo misma, con esas partes tan bellas que todos tenemos.
Querida amiga Delia, ven todas las veces que deseess, bien sabes que esta es tu casa. Si no estoy, el café esta en el tehermo y las galletas en la panera… beso Rub
El olor a chocolate desencadena recuerdos…a Proust le pasó lo mismo con una magdalena. Me ha encantado el bastonazo del final,nadie le iba a estropear el día al protagonista!
Un abrazo,
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aunque no lo digo es un anciano en una jaula de oro, que sale de ella en busca de la libertad, que puede conseguir hasta en las crestas jorobadas del mar, con ayuda del pelicano…gracias querida Ann siempre es un gusto encontrarte en mi casita…Rub
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Mi querido Rub, me dejaste muy conmovida. Tenés tanto arte para decir! y sabes muy bien cómo hacerlo. Vendré seguido porque es como un encuentro conmigo misma, con esas partes tan bellas que todos tenemos.
Un beso.
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Querida amiga Delia, ven todas las veces que deseess, bien sabes que esta es tu casa. Si no estoy, el café esta en el tehermo y las galletas en la panera… beso Rub
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Un relato conmovedor lleno de recuerdos y aromas. Y estoy de acuerdo con Anne el final del bastonazo es muy efectivo. Un saludo
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Amiga es un gusto enorme eoncontrarme con un comentario suyo, le estoy muy agradecido y por allí nos leeremos… rub
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