¿A quién le echo la culpa? Si mi madre viviera la escucharía decir “ es que lo pendejo no se te va a quitar, en eso saliste a tu padre” Pero dónde tendría yo el cerebro para aceptar a este bueno para nada, que ronca peor que cerdo. Ah pero hace dos años allí está la pendeja sintiendo mariposas en la barriga. Tan bien que estaba antes de conocerlo. Si comía bien, sino también. Si quería irme a bailar o a coger no tenía que pedirle permiso a nadie, pero llegó este cabrón a calentarme la cabeza y de estúpida que me caso. Y mírame, ahora tengo que lavar, planchar hacer de comer, aparte de la joda que te pones en la fábrica. Y en la noche, quieras o no quieras, si el marrano tiene ganas hay que abrir las piernas y cerrar los ojos. ¡Ah pero eso no es todo!, aparte de soportarlo a él, también tengo que soportar a sus amigos. Me dice: mi amor tráenos otra cerveza y, también más botana para picar. Y después de que terminan briagos y a traspiés se van, hay que limpiar sus porquerías y poner todo en orden. Escucha, escucha como ronca, ni la vida le corre al desgraciado, como él no tiene que levantarse temprano. Pero a quien madres le echo la culpa, pues si mi madre viviera, tendría que darle la razón !Nunca se me va a quitar lo pendeja¡
rub, un monólogo muy duro que quizá, seguro, tengan muchas mujeres, pero es que con un marido así, que quieres que te diga, no hay quien viva!
Lo que más me gusta es que el monólogo lo haya escrito un hombre, a quien por lo visto no le caen demasiado bien este tipo de macho. Me das una alegría!
Un cordial saludo,
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Gracias por llegar y leer y comentar el texto. Siempre es agradable tu visita y tus impresones. Encantado y siempre tu amigo Rub
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