La miraba sin que ella se percatara; Fingía ver los rulos oscuros de su pelo, pero me detenía en los signos de su partida. Ella sonreía y tomaba mi barbilla y me decía lo feliz que era. Mentía, tal vez no se daba cuenta que a su sonrisa le acompañaba un entrecejo, -ese relax que se abre cuando hay satisfacción. Observaba el punto de tensión y, movía mentalmente la testa. Las últimas veces, al despedirnos, notaba su urgencia por darme las buenas noches y ésta, aunque se oculte, un hombre sensible la percibe.
Hubo momentos de gran alegría, de cosas pequeñas como el hecho de tener su mano entre mi mano. Mi mano la resguardaba y la proveía. Las veces que la conducía sobre las grandes avenidas donde la muchedumbre se arrebataba para cruzar la esquina y ella caminaba o se detenía a la sutil orden de mi palma. Recordé la luz de su mirada cuando ésta respondía a mi sonrisa, después dejó de emitir destellos. ¿ Ella sabría lo que dirían sus ojos? Nunca lo sabré. Aunque creo que lo supo. Sin embargo no le di tiempo de decírmelo.
Muy en la mañana, la neblina cuajaba en el piso y sobre los cerros tal vez formaba grandes anacondas. La reconocí por su forma de caminar, en una mano su equipaje y la otra suelta, subía y bajaba con desorden como lo hace una mariposa con el ala rota. ¿Se iba de viaje? ¿acaso escapaba? cuando ayer todavía me rodeaba con sus brazos. Nunca llegó a su destino… ni creo que lo tuviese.
rub has descrito con mucha delicadeza y sutileza los signos que anuncian el fin del amor en el otro. El narrador es sin duda un hombre sensible y esto resfuerza mi teoria que la manera de sentir entre un hombre y una mujer no difiere mucho. Lo que pasa es que los hombres suelen callar sus sentimientos. Que pena! Has escrito un texto muy bello hecho de estos pequeños detalles que construyen nuestra existencia.
Un saludo rub.
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Gracias por tu atención a mi breve texto. Un comentario que es meritorio por venir de quien viene. Una escritora sensible y observante de las pequeñas y-o cotidianas cosas, mil gracias por llegar a este rincon.. un abrazo y por alli nos leemos rub
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Casi cotidiano, observador, sensible, tu interpretación es siempre cercana a los sentimientos de muchos.Un besote Rubén
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querida Ady, mil gracias por venir a visitarme un beso y un abrazo rub
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