Sendero
Ayer se fueron los patos
y los zanates gritan en la arboleda.
A veces, callan…
y entre el silencio de las hojas
la letanía del viento.
Se fue la lluvia.
Se durmieron los tordos…
en algún rincón de la casa
el grillo friolento.
Por la ventana todavía escurren
algunas gotas, vacías
como las sillas del tren
que partió hace horas.
Este invierno…
no veré el pincel de tus dedos,
ni los albatros…

