Poema por Rubén García García

Sendero

En la tarde fría

se van los pájaros;

también

el tren se ha marchado.

El silencio

se hace espeso

cuando en alguna parte

un grillo canta.

La ventana vacía

extraña el pincel de tus manos…

también a tu mirada

que se perdía en la espesura.

El viento mece el rosal sin flores.

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