Ironías de Rubén García García

Sendero

Me lastimé cortándome las uñas, y la desgracia terminó cuando me amputaron la pierna. Meses atrás, las amigas de mi esposa le aconsejaron que era indigno que ella me recortara las uñas; «es un acto de sumisión», dijeron. Ahora, para el sustento, ella da servicio de pedicure a domicilio y acude a la casa de sus viejas amigas.

Deja un comentario