Sendero
En mis sueños escuché en la lejanía tus balbuceos como murmullos entre el agua. Pasaron años. Sigo incorrupto en mi tumba. Hoy vino mi nieta a contarme que habías nacido y que tú nombre sería el que llevé. Tu susurro era un anuncio que solo estaba atorado en el tiempo.

