Sendero
Me gusta contarte los pormenores; cosas sin importancia. me gusta frotarte la espalda. Platicarte, una vez más, el sueño de conocerte. Oler tu piel de hierba Y vigilar tu siesta de la tarde. Me gusta besar a mi hijo a través de la ventana de tu ombligo. Es sencillo, hasta simple: me gusta ser parte de ti cuando me abrazas.

