Freud de Rubén García García

sendero

Toma el puro. lo olfatea. Lo prende. Chupetea y degusta el humo al salir de sus labios. Mira a la docta concurrencia, que atenta sigue el ritual. Golpea sobre la mesa de honor y les dice: colegas, les recuerdo que también se fuma por placer y no sólo por deseos insatisfechos.

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