Sendero
¿Te desperté? tu cuerpo se tensó al escuchar el rechinido de la puerta. Por un instante abrió los ojos, pero volvieron a cerrarse,-suspiré aliviado. Ya se fueron los días en los que disfrutábamos las ciruelas, que solíamos compartir en el mismo plato. Ahora te veo, pero no estás; ya no encuentro mi reflejo en la pupila de tus ojos. Caminas a mi lado como si no estuviera presente. ¿Quién ha cavado en nuestros cuerpos y solo ha dejado la soledad? Nos hemos convertido en cascarones de carnaval, aquellos que al final de la fiesta quedan derramados. Tal vez el hijo que alguna vez deseamos leyó que era mejor volverse una estrella fugaz.

