Un Bar cerca del mar de Rubén García García

Sendero

Acaso fue una mano húmeda quién la acarició del pelo, ¿y los dos brazos en sus caderas? Iba a protestar, cuando un muñón la mimaba con destreza dándole un placer fuera de este mundo. Se deslizó en un tobogán que la cimbró de rubor, asfixia y gritos de place. llegó a su casa sin saber nada del furtivo amante. Regresó la película y tuvo un episodio de incredulidad y de risa. ¿sería un calamar? y volvió la risa y río como jamás se había reído.

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