El tordo de Rubén García García

Sendero

El gusano recorre con la mirada la vastedad del paisaje. En lo alto hay una flor de espiga que abre. Él se relame y saliva y emprende el recorrido desde la raíz hasta la cúspide. De los diez pétalos ya se comió uno. Entre las ramas un tordo lo ha visto y espera.

El pájaro lo lleva en el pico «tanto esfuerzo que hizo para llegar a la cima, que él merecía el placer de un bocado».

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