Yerma de Rubén García García

sendero

De autos recientes bajaban señoras a punto de parir apoyadas del brazo de un varón, tan ansioso o más que ellas. Celia escuchaba emocionada las palabras de aliento: «todo va a salir bien amorcito». Un camillero llegaba con una silla de ruedas y era el marido que exigía trasladarla hasta la sala de recepción del hospital. Ella tocó su panza lisa, y cabizbaja regresó a preparar la cena, como hace cinco años.

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