Un beso en la mejilla de Rubén García García

Sendero

Confidencia de una amiga

Esa tarde llegó su padre y media hora después el esposo. Fernando, su pareja, traía puestos unos lentes oscuros. Se vieron en la sala de estar y cruzaron un saludo parco. Unos segundos después el padre le dijo en tono jocoso y burla.

—¡Qué bien se le ven esas gafas! y sin esperar contestación, volvió con el mismo acento: — ¿Qué, anda de clandestino?

—Para nada suegro, me lastimé un ojo y solo sigo recomendaciones del médico. —Vaya vaya, así parece de la mafia.

Noches después, poco antes del parto, ya en el dormitorio, el esposo le confiesa.

—Hace unos días, por el mercado, encontré a una querida amiga de años y le dio tanto gusto verme que me plantó un beso cerca de la boca.

—¿Qué tiene de malo?

—Nada, nada, pero creo que tu papá nos vio. ¿Te contó algo?

—Mi padre nunca me dice nada.

—Cómo te he visto seria.

— Qué otra cara puedo tener…me gustaría que cargaras mi panza unos minutos.

El esposo se dio la vuelta y minutos después ya roncaba.

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