sendero
—Has implorado que te otorgue el don para la microfición. Y ahora que te lo ofrezco, me haces una mueca de disgusto.
—¡Cuánto te lo agradezco amada diosa! Dime, ¿no tendras una moneda? Ya no tarda Caronte y no traje suelto.

El blog no tiene propósitos comerciales-Minificción-cuento-poesía japonesa- grandes escritores-epitafios