Berrinche por Rubén García García

sendero

Toma al nieto y va a una loma, donde vive su comadre. La parte baja del pueblo, donde vive, es rodeada por el arroyo. Por el camino le dice:

Se ve mejor la lluvia desde el cerro, que estando encaramados sobre el techo de la casa. — niño está enojado.

—Abuela, yo quería ver cómo navega mi barquito, también escuchar el cacaraqueo de las gallinas cuando la corriente las revuelque y los chillidos del puerco de doña Eduviges que siempre se va a cagar al patio de la casa. La vez pasada tampoco me dejaste ver como se llevaba la corriente a don Marco, el señor que fue a gritarte frente a la casa. ¡Nunca me das gusto! En el cerro no veré nada.

Deja un comentario