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Viejo verso
Descansa un verso de amor a la sombra del mundo, refugiado en un cajón del buró con dolencias de viejo y barbas crecidas, asoma en su tarde de paz a observar el ocaso .
Es un amor callado, grande cuál sol que calienta el alma, tan lleno para si mismo, sosteniendo la versión de su historia con su melodía improvisada.
Tiene licencia de loco por amor , exhala suspiros arrojando imágenes vivas con voces que son murmullos de su boca sonriente .
Amor viejo Con rodillas sangrantes por tropezar con tantas piedras del camino; y el recuerdo sigue ahí … Sentado en su pensamiento Viejo verso de amor que vive por siempre en el buró de los recuerdos.

Filosofía del abuelo
Es mi abuelo quien viste su identidad en tiempos nuevos con ojos de paz y su lenguaje de siempre. Cargando sus siglos traspasa el tiempo cantando su historia desde la raíz hasta la punta del árbol.
Su filosofía siente el respiro de los montes abandonados y los caminos suspiran nostalgia, con voz profunda clama a la conciencia su indiferencia a la tierra y suscribe el latido del viento cuando cae el rayo sobre la piedra.
Mi abuelo es quien desnuda las mazorcas del maíz con sus manos callosas y acariciar el alma de su suelo que es su morada, razón de su gente luz de su recuerdo con tantos soles atrapados en su piel y olor a milpa.
¡Qué canten! Canten los tiempos nuevos la palabra de mi abuelo o nos vestirán sombras ajenas y la conquista será completa.
Mi abuela un universo
Yo era el sol en sus ojos de nubes tenía su pelo el brillo de las estrellas ,su boca un manantial de sabiduría, fuimos lluvia en la distancia ,ella el árbol más grande de esté mundo y yo su retoño.
Sin miedo me sumergía en su inmenso lago de la razón, su verdad agua pura y transparente, deslizaba sus manos en mi cabeza hasta llegar a lo más intrincado de mis pensamientos, tenía la puerta abierta de mis ojos entraba suavemente como el viento, así conoció mi sentir, era la luz de mis penumbras ,el reflejo de mi espejo.
Peña enorme de la montaña y yo diminuta hormiga cobijada por su sombra, un día me puso alas y me asomó al precipicio cerré fuerte mis puños para golpear lo que impida mi paso, así me enseñó a volar.
Era su andar despreocupado con la certeza de pisar suelo firme. Llenaba su espacio con olor a pino en el fogón y alcatraz en la repisa, la cazuela en salsa verde de quintoliles.
Querida abuela eres la raíz, yo la rama de tu historia, ahora con nuevos brotes . Gracias por estar aquí.
Templo de piedra
Condición de su espacio con racimos de siglos colgando en sus columnas con su techo de historias perfección de lo infinito. Presencias que están ahí en ese transito de sombras con su eterna danza movidas por el viento con olor de vainilla ,cantan en el gua del arroyo, hablan con sus palabras quietas saliendo por las hendiduras de la piedra ,habitan en las florecillas del mozote blancas y amarillas que están por el camino.
Fuertes presencias como el sol que se abraza que abraza el tronco seco donde salen las hormigas. Inmersa en ese tiempo interrumpe mi pensamiento el flautín a golpe de tambor en vuelo de pájaros coloridos arrullando el sueño del Dios Trueno.
Y en lo alto de aquel árbol que desborda su raíz se escucha el canto de un papán despreocupado.
