Por Rubén García García
Los maullidos de furia se suceden y se suman a los vítores de algarabía del respetable publico felino. Justo cuando la pelea está en la curva más álgida, sale volando un zapato que golpea la nuca del contrincante y de otra ventana sale una catarata de orines que cae sobre los erizados lomos. Dispersandolos.
La disputa de la bella Lulú quedará para la madrugada siguiente.
En el departamento de la gata fifí los jefes de ambas bandas abren un six lácteo y empiezan a contar chistes de perros pulgosos.
Rubén García se define como estudiante de la minificción, manifiesta que el nuevo género rompe con el cuento clásico y moderno. Aunque contiene pocas líneas, hay minificciones que alcanzan más de una página. Estudiosos del género dan como consejo no leer más de seis trabajos. De hecho en la primera lectura es posible no comprenderla; se requiere una o dos lecturas más. Acepta el autor su insistencia en perseverar en el hay-ku, como sinónimo de la poesía japonesa. Espero que me de el tiempo para lograrlo.
Que buen alumno, está alcanzando grandes logros…
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Gracias por comentar Christian. Abrazo
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Siempre es divertido leerte…
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Esp es buen estimulo para el escritor, uno de los mandamientos es no aburrir. Abrazo grande.
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