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Despedida negra
—¿Qué se puede hacer en 10 minutos, — preguntó a su examante
—Esto, dijo ella.
Abrió la blusa y dejo al aire sus pechos canela.
—¿Entonces serán sólo diez minutos…? Dando una entonación burlona.
Se acercó. Besó el sendero de sus montículos y la boca mordisqueo los pezones. Cuando la respiración se transformaba en silbidos y la erección corría hacía el orgasmo, sintió el piquete de una aguja que penetraba su cuello y traspasaba la médula.
—¡ Esto es lo que se puede hacer!—exclamó ella, poco antes de que él dejase de escuchar.
Se retiró reacomodando su ropa. Miró por última vez el hilo bermellón que salía de la nuca y al mismo tiempo sintió derramarse otro flujo entre las piernas; pero éste provenía de una matriz insatisfecha.
Tus cuentos bien pensados, con ese final en suspenso y el desenlace de las pasiones instintivas, terrible como una mantis. Me dejaste una interrogante. Un abrazo amigo, bueno disfrutar de tu narrativa.
SENDERO BLOG 
Tus cuentos bien pensados, con ese final en suspenso y el desenlace de las pasiones instintivas, terrible como una mantis. Me dejaste una interrogante. Un abrazo amigo, bueno disfrutar de tu narrativa.
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Gracias bella amiga N compalase tu comentario y motiva para seguir afinando. Besos y n¿muchas flores para tu jardín,
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Buenas noches Ruben.
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¡Mierda, qué bueno…! ¡Abrazo grande! 🙂
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GRacias Manolo por darme tu comentario. Gracias mi buen.
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Gracias bella amiga N compalase tu comentario y motiva para seguir afinando. Besos y n¿muchas flores para tu jardín,
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Breve y excelente.
Abrazos…abrazos..
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Gracias amiga por venir, siempre te e extraño. Te doy margaritas de colores para tu jardín.
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