Noche de horror de Rubén García García

Sendero

Esa tarde noche el carpintero se le olvidó tapar el recipiente mezclado de gomas, alcohol, thiner y tierra de colores que recogía del barro cercano a un cementerio. Pasada la medianoche, los clavos sin cabeza salieron y caminaron por la mesa de trabajo. Las tablas y la madera comprimida salieron aterrados a esconderse, algunos pedazos se suicidaron aventándose al vacío. La pesadilla terminó justo cuando el imán se despertó.

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