La vida
Cumplir setenta y cinco años y divertirse entresacando palabras para armarlas, desarmarlas y rearmarlas es un trabajo de dioses. Inicias con una idea, la «terminas», la guardas en el estantero. Un día sin tiempo, pasas y la reconoces, la peinas y la acicalas.
Siempre critiqué a mi tía por estar sacándole brillo a sus figuras de porcelana, y me acuso de poseer la misma obsesión; hacer que brille la historia. Pero las palabras están vivas y las más, rebeldes y desobedientes. Es un estira y afloja y nunca terminas.
Insatisfecho desaparezco y al cabo de poco o mucho tiempo regreso y digo : palabras, palabritas palabrotas ya regresé. Un día no lo haré, mientras las sigo amando y como padre digo: que es lo mejor que me ha dado la vida.
¡Salud blogueros!

Reblogueó esto en Acuarela de palabrasy comentado:
Me encantó! Lo comparto.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias amiga por llevarlo a tu blog. Feliz año y que todo lo que te propongas lo realices. Abrazo y rosas.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Graciaaasss Rubén! Ojalá! Igualmente para ti.
Me gustaMe gusta