Departamento de Puntuación: Pancho Villa encabalga de nuevo por Sandro Cohen

LAS LENGUAS naturales —parientes lejanísimos del castellano, del chino y del náhuatl actuales, por ejemplo— se iniciaron misteriosamente hace decenas de miles de años, y el fenómeno era solamente oral. La escritura no llegó a enriquecer —o complicar— nuestra existencia sino hasta hace unos cinco mil años en la antigua Mesopotamia, y se convirtió en práctica habitual apenas hace poco.
Solemos relacionar la generalización de la lectura y escritura con la Revolución Industrial, la creación de la clase media y la democratización en general. Hay muchas regiones a las cuales aún no ha llegado esta democratización, y en ellas la oralidad sigue siendo la norma para la trasmisión de ideas. Y en otras, como en el México de hoy, la lectura y escritura se enseñan a medias y mal, donde se enseñan. Esto se refleja en el desconocimiento general del manejo de las sutilezas gráficas que son fundamentales dentro de la lengua escrita. Estas sutilezas son los signos de puntuación. Y gracias al ejemplo que hoy ponemos a disposición de los lectores de este blog, nos damos cuenta de que la persona que redactó elcopy (el texto promocional), jamás se dio cuenta de que la escritura no es la mera reproducción gráfica de lo que habría dicho en voz alta.
Para que la escritura sea eficaz, es necesario ordenar las palabras cuidadosamente (sintaxis) y aclarar las relaciones que existen entre las ideas expresadas. Para que esto suceda, hace falta emplear la puntuación correcta, algo totalmente innecesario en el lenguaje oral. Así sucede porque al comunicarnos en voz alta, no sólo usamos palabras sino también el cuerpo. En el habla son importantísimos nuestro tono de voz, gestos, ademanes, etcétera.
Nada de esto se traduce al lenguaje escrito si nos reducimos a reproducir las palabras únicamente, las cuales son sólo un aspecto de la comunicación oral. Y como los redactores inexpertos —aquí los hemos llamado orales— piensan que “la coma es el equivalente de una pausa” (error grave), salpican sus escritos con comas donde desean que los lectores hagan pausa. Pero el lenguaje escrito debe comunicar ideas complejas que se relacionan de manera muy diversa. Esto requiere un sistema finamente calibrado que, lejos de confundir al lector, lo llevará felizmente de una a otra idea sin marearlo. En resumidas cuentas, la buena redacción consiste en estructuras relativamente claras y sencillas, compuestas de tal manera que puedan expresar las ideas más complejas y hermosas.
Encabalgamiento Chihuahua
Si nos fijamos en las cinco líneas de este anuncio publicado en la revistaEscala de Aeroméxico, veremos que el único signo de puntuación que se emplea antes del punto final es la coma. En su caso tal vez sea lógico porque posiblemente estaría pensando el autor que su texto sería leído en la radio por un locutor profesional o recitado por el abuelo junto a la chimenea. Según esta clase de redactor, basta indicar dónde hay que hacer pausa para que su labor resulte inobjetable. Jamás se dio cuenta de que las personas que leerían el texto no oirían voz alguna ni verían a ningún abuelo junto a chimenea alguna. Lo que estaba haciendo, en realidad, era encabalgar. Cuando juntamos en una sola proposición (como ésta de cinco líneas que van desde la mayúscula de “Este” hasta el punto [ . ] después de “Villista”) dos o más oraciones entre las cuales no existe ninguna relación gramatical (coordinación o subordinación), estamos encabalgando, tal como vimos en la entrada del 9 de julio.
Son tres comas para ser exactos. Reproduzcamos el texto, con todo y sus encabalgamientos.
Este 2010 se cumplen 100 años de la Revolución
Mexicana, evidentemente Chihuahua jugó un papel clave
en este acontecimiento, por ello que aquí el espíritu de
la revolución siga vivo, este mes Pancho Villa estará más
vivo que nunca en la ya tradicional Cabalgata Villista.
Ni siquiera voy a criticar cuestiones de estilo dudoso, como “jugó un papel clave” en lugar de “tuvo” o “desempeñó un papel clave”. Tampoco preguntaré por qué figura la palabra que entre “por ello” y “aquí”. Gramaticalmente, sale sobrando. Pero si agregáramos el verbo que requiere, todo estaría resuelto: “Es por ello que aquí […]”. La construcción es queresultaría enfática en este caso; si no lo fuera, sería un caso de esqueísmo. Al fin y al cabo, lo que nos regalan en este anuncio son tres encabalgamientos, los cuales confunden al lector.
He iluminado en color rojo las dos palabras entre las cuales debió emplearse algún otro signo de puntuación porque se trata de oraciones independientes entre las cuales no existerelación gramatical. Insisto en que se trata de una relación gramatical porque sí hay entre ellas relación ideológica, como es forzoso entre las oraciones que se suceden en un párrafo cualquiera. Las relaciones gramaticales se dan por coordinación o subordinación, tal como vimos en la entrada que ya hemos citado.
La manera más fácil y eficaz de evitar el encabalgamiento es emplear un punto y seguido [ . ] en lugar de coma [ , ]. (A veces, sin embargo, los encabalgadores se entusiasman tanto con su propia oralidad, que ni siquiera usan comas). También podemos yuxtaponer las oraciones encabalgadas mediante punto y coma [ ; ] o dos puntos [ : ], mas el punto y coma no siempre resulta aconsejable en textos promocionales. Es más conveniente usarlo en escritos de mayor sutileza, como ensayos, narrativa y poesía. Aquí tampoco caben los dos puntos. Las otras dos opciones son, precisamente, la coordinación (mediante las palabras yniopero[mas], sino que) y la subordinación (mediante que [cual –escuyo, –os, –a, –as], como,conforme, cuandocuan [cuanto] dondequien [-es], segúnmientraspues y si). Si coordinamos o yuxtaponemos las oraciones, debemos elegir con cuidado el conector más adecuado para explicitar la relación ideológica entre ellas.
En el caso de estos tres encabalgamientos en cinco líneas muy cortas (si las escribiéramos en renglones convencionales, no pasarían de tres), lo más aconsejable, por claridad, sería emplear punto y seguido. Hagámoslo así y corrijamos aquellas cuestiones de estilo dudoso, amén de poner la coma que hacía falta tras evidentemente porque se trata de un adverbio empleado de manera absoluta. En otras palabras, evidentemente no modifica sólo al verbo desempeñó, como tal, sino a toda la oración:
Este 2010 se cumplen 100 años de la Revolución
Mexicana. Evidentemente, Chihuahua desempeñó un papel clave
en este acontecimiento. Es por ello que aquí el espíritu de
la revolución siga vivo. Este mes Pancho Villa estará más
vivo que nunca en la ya tradicional Cabalgata Villista.
Los puntos y seguido no interrumpen el flujo de ideas: lo aclaran. No hay que tenerles miedo. Recuerde: si entre dos oraciones no hay coordinación ni subordinación, no puede separarlas con una coma. Necesita un punto y seguido [ . ] o punto y coma [ ; ] o dos puntos [ : ]. Si deja la coma, o si no pone nada, estará encabalgando. ¿Ya se acordó de cuál es el Primer Mandamiento de la Buena Redacción?
No encabalgarás.
https://redaccionsindolor.blogspot.com/2010/07/departamento-de-puntuacion-pancho-villa.html

Sandro Cohen

Cronista, ensayista, narrador y poeta. Radica en México desde 1973, se naturalizó mexicano en 1982. Estudió la maestría en Lengua y Literaturas Hispánicas en Rutgers University y obtuvo el doctorado en la unam. Ha sido coordinador de los talleres de poesía del inba, la uabjo y la uam. También dirige su propio taller de Creación Literaria, el cual cubre todos los géneros. Ha sido coordinador de los becarios jóvenes de conaculta, en el área de ensayo; profesor en el Departamento de Humanidades y jefe del área de Literatura de la uam; jefe de redacción de Personal Computing Mexico; director editorial de Grupo Editorial Planeta México; gerente de interés general de Grupo Editorial Patria; fundador de la Editorial Colibrí; cofundador de Sin Embargo; codirector de Vaso Comunicante. Colaborador de AcequiasAlteña, Cartapacios, Casa del Tiempo, Cielo Abierto, Computer Reseller News, El Nacional, El Universal, Excélsior, Fuentes, Information Week México, Laberinto de Milenio Semanal, La Gaceta del fce, La Jornada, La Letra y la Imagen, Norte/Sur, La Palabra y El Hombre, La Semana de Bellas Artes, Literatura hispanoamericana: inquietudes y regocijos, Milenio, PC Semanal, Personal Computing Mexico, Plural, Proceso, Revista Mexicana de Cultura, Revista Universidad de México, Sábado, Segundo Piso, Sin Embargo, Tema y Variaciones de la Literatura Mexicana, Tierra Adentro, Unomásuno, Vaso Comunicante, Virtuali. Parte de su obra literaria ha sido inluida en múltiples antologías, entre ellas, Asamblea de poetas jóvenes de México, compilación de Gabriel Zaid, Siglo Veintiuno, 1980; Los poetas van al cine, selección y notas de Ángel Miquel, Juan Pablos Editor/Ediciones sin nombre, 1997 y Antología. La poesía del siglo XX en México, edición de Marco Antonio Campos, Madrid, Colección Visor de Poesía, 2009.

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3 Comentarios

  1. Existen tres escrituras milenarias, la china, indú y sumeria. El español es reciente. Sin embargo, los hebreos tienen textos y poemas antiguos sin nuestros signos de puntuación. Abrazo.

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    1. Habrá que decirlo a la Real academia… Besos y rosas.

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      1. Esa RAE es una imposición española. Ellos no son los amos del lenguaje, es gente rancia que ya está desahuciada.

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